Educación y pobreza.
Hay una estrecha relación entre las
oportunidades que brinda la sociedad dominicana a los individuos y su nivel
económico. La posesión de recursos materiales le permite al individuo participar
de manera activa en todas las actividades sociales. Además de una buena
alimentación, los estudiantes necesitan uniforme, cuadernos, libros,
instrumentos geométricos.
Sabemos de la importancia que tienen estos
útiles en el proceso enseñanza-aprendizaje y que son muchos los que no pueden
obtener ni siquiera los más simples para iniciar cada año escolar. Estos
estudiantes se ven obligados a abandonar sus estudios para unirse a una
actividad productiva que les permita adquirir estas herramientas y
satisfacer sus necesidades económicas básicas.
Muchos estudiantes hacen un esfuerzo sobrehumano
para comprar sus útiles escolares, pero tienen que trasladarse a pies o
arriesgar sus vidas en una motocicleta para poder llegar al liceo. No es verdad
que un estudiante en esa situación está en condición psicológica para recibir
clases; por tanto, es normal que su rendimiento académico sea deficiente
(Sánchez, 1999.)
Aunque muchas personas quieren esconder esta
realidad, estoy totalmente de acuerdo en que hay una estrecha relación entre
pobreza y educación. No quiero decir que no pueda darse el caso de que estudiantes
de escasos recursos económicos rindan más que los estudiantes con posesiones
materiales, pero lo normal es que estudiantes con mejores recursos económicos
tengan mayor rendimiento.
A lo largo de nuestra historia hemos observado
cómo caminan por las calles niños, jóvenes y adultos excluidos de la educación,
los cuales se ven obligados a hacer cualquier cosa para sobrevivir y nadie se
preocupa por este problema. Niños que piden, mujeres que mendigan. Ganándose el odio de las personas que no comprenden esta realidad.
Todas estas personas que deambulan por las
calles tienen niveles educativos muy bajos y un gran porcentaje de los mismos
no saben leer ni escribir, no porque no tengan capacidad, sino porque la
sociedad no le permite incluirse en el sistema
educativo.
Sólo con el esfuerzo de todos y el duro trabajo y dedicación de los
jóvenes dominicanos lograremos escapar de la miseria. No nos podemos dejar
llevar por lo negativo, cayendo en los vicios y la delincuencia que
es fruto de la desigualdad social a la que han sometido al país los gobernantes
corruptos.
Si no se invierte en la educación de los jóvenes, luego se convertirán en
lacras que resultarán a largo plazo una carga para la sociedad dominicana.
No sólo es una buena inversión un libro de textos,
a pesar de la gran importancia que tienen los libros y sobre todo los recursos
en el desarrollo de la capacidad para lanzarse al mercado.
El caso no es sólo la inversión, lo que queremos es que se erradique la
pobreza para poder tener una buena educación y para erradicar la pobreza se
necesita pensar más en los barrios y campos marginados, que son ciudadanos con
los mismos derecho que los más ricos del país. Ya se ha dicho los
pequeños burgueses pobres y muy pobres sólo aprenden lo que le enseña la calle.
¿Qué futuro tendrán estos miserables?
Los organismos internacionales se preocupan por combatir la pobreza extrema en
los países que como en el nuestro va aumentando de manera progresiva. El hambre
afecta gravemente al mundo. Las personas mal nutridas no pueden alcanzar la
educación ni siquiera primaria, ya que desde temprana edad son arropados con
las sábanas de la indigencia.
Es por ello que en este trabajo he tratado de decir algo acerca de la
relación existente entre educación y pobreza.
En la República Dominicana, el descuido de las zonas rurales y
los barrios marginados se debe a que todo lo que se hace es para fortalecer la
posición de los políticos corruptos, que sólo se preocupan por mostrar lo que
han hecho sin tomar en cuenta que todos los seres humanos son iguales desde la
creación del mundo.
En las reuniones que algunos organismos internacionales han celebrado en
el país he visto partidos políticos que son enviados con el
sólo propósito de defender al gobierno de turno, diciendo que todo marcha bien
aunque el país se esté cayendo en pedazos. Para vergüenza de los países del Caribe
no existe aún el programa caribeño para erradicar la pobreza. Esto me
lleva a reflexionar acerca de si nuestra pobreza es igual o tiene diferencias
que expliquen por qué se ha retardado la puesta en marcha de este tipo de
iniciativas (Ricardo, 1991.)
Una vez más se justifica el descuido que existe en este país por bienestar
colectivo, todos quieren hacerse ricos con los bienes del pueblo y es por eso
que la pobreza aumenta cada día, no es porque la gente no quiere trabajar como
dicen algunos.
Debemos celebrar la preocupación que tienen los jóvenes dominicanos en los
últimos años, por alcanzar una preparación académica o una formación
profesional para unirse al trabajo productivo.
Varios educadores dominicanos consultados señalan, con razón, que el muy grave
deterioro en que se hallaba la educación dominicana a finales de la década del
80, así como el bajo nivel socio-económico de las familias de las
que provienen la mayoría de de los estudiantes, representó -y representa-un
desafío de igual magnitud.
Los ingentes esfuerzos realizados y la creciente cantidad de recursos
nacionales -públicos y privados- e internacionales para dotar al sistema
educativo dominicano de condiciones mínimas que permiten constituyen importantes pasos que demandan acciones complementarias.
Uno de los más importantes logros adicionales en la última década del siglo xx
ha sido el aumento de la conciencia colectiva sobre la importancia intrínseca
que tiene la educación dominicana¨ (Rivera, 1999.)
Gran parte de los jóvenes dominicanos que no ha podido ni siquiera completar la
educación básica reconocen la importancia de la educación en su desarrollo,
pero la miseria en que viven no les permite ingresar a la escuela. El Estado
dominicano debe preocuparse por mejorar la calidad de vida de los jóvenes
y así mejorará la calidad de la educación.
Esto sucede, si los gobiernos usan los recursos con seriedad,
reconociendo el gran valor de la educación. La educación es la base del
desarrollo de los pueblos y por tanto toda persona que desee un buen
futuro para su país debe inquietarse porque esta gire en torno a la
perfección.
En las regiones rurales pobres y en los barrios marginados de Santo Domingo,
muchos jóvenes hoy son alfabetos por causa de la pobreza. El hambre no les ha
permitido asistir a la escuela y algunos de estos se dedican a labores de auto-consumo, mientras que otros reflejan su exclusión de la educación en actos
punibles.
En los barrios de la capital muchos son alfabetizados por maestros que
voluntariamente se dedican a la labor educativa sin recibir nada.
La educación es un asunto de todos, la preocupación por el desarrollo del país
es colectiva, por eso debemos aportar a la educación, darlo todo por educar a
nuestros hijos de manera que no sean ellos nuevos integrantes de ese grupo que
vive en pobreza extrema. Que no corran ellos el peligro de quedarse sin una
buena formación en un país donde la pobreza material conlleva a la pobreza de
espíritu de muchos jóvenes que se desvían por malos caminos y buscando una
salida se cierran la puerta para siempre.
Aunque vivimos en un país donde existe la igualdad de derecho según la constitución,
muchas familias y sus descendientes son excluidas en el
mercado productivo como también lo fueron de la educación, por lo cual siguen
inmersos en un ambiente de infortunio,
frustración y embates.
Los fondos destinados a la salud y la educación de los ciudadanos de las zonas
rurales y lo barrios marginados de República Dominicana son los mejores
invertidos, ya que esto contribuye con el alto nivel de productividad y el
mejoramiento de la economía. Como es la fuente de energía para las células el
Adenosin Trifosfato (ATP), así es la buena alimentación para los seres humanos,
por lo que una persona con hambre y desequilibrado por los problemas económicos
que confronta, no puede concentrarse a realizar las actividades que le exige un
buen aprendizaje.
Como la desnutrición es la causa de que muchos estudiantes no tengan un
buen rendimiento académico y un estudiante con problemas de salud no puede
concentrarse en el desarrollo de sus tareas, invertir en educación, salud y
alimentación es cooperar con el desarrollo de nuestra sociedad.
Cuando se consigue una buena educación, los pueblos se desarrollan con mayor
rapidez. Mientras mejor preparado esté el individuo es mayor el
desenvolvimiento en la gestión que desempeña. Los gobiernos deben preocuparse
por el desarrollo de la sociedad y esto se logra con la calidad de educación y
la inclusión en ella de todos los ciudadanos.
Para un buen rendimiento, los estudiantes necesitan que se les resuelvan
los problemas de salud, hambre y la reducción de todo aquello que pueda afectar
su aprendizaje. Son muchos los factores que hay que tomarse en cuenta para
mejorar la calidad de educación en la República Dominicana. Uno de los
problemas que más afecta el aprendizaje de los de los estudiantes de los campos
dominicanos es el problema de la energía eléctrica. Los constantes y
prolongados apagones no les permiten a los estudiantes el desarrollo de sus
actividades.
Se ha tomado mucho tiempo para reconocer la importancia de la educación en el
crecimiento de nuestra economía, pero los buenos dominicanos esperamos que no
se tarde mucho tiempo en reconocer que todos tenemos igualdad de derecho y que
por tanto debemos ser incluidos en la educación, así como también desempeñar
papeles en la sociedad sin tener una carta que nos identifique como
miembros de un partido político, sino que cada quien haga lo que su capacidad
le permita para llevar a nuestro país al peldaño más alto de la escalera que
nos une al desarrollo universal.
La educación esta implementada por grandes áreas, pero sin educación no se reduce la pobreza.
http://www.taringa.net/posts/info/1608288/Educacion-y-Pobreza.html